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El brote de la enfermedad del COVID-19 puede resultar estresante para muchas personas, ya que ha traído incertidumbre, rutinas diarias alteradas, presiones económicas, y aislamiento social. Quizás la preocupación por enfermarse, por cuánto tiempo durará la pandemia, y qué nos traerá en el futuro, así como el exceso de información, los rumores y la información errónea pueden hacer que se sienta perder el control y que no se tenga claro qué hacer. Este temor y ansiedad pueden ser agobiantes y generar emociones fuertes en adultos y en niños. Lidiar con el estrés y canalizarlo permitirá que usted y las personas importantes de su vida se fortalezcan.

Este estrés puede incluir reacciones como:
· Temor y preocupación excesivas por su salud y la salud de sus seres queridos
· Cambios en los patrones de sueño o alimentación
· Dificultades para dormir o concentrarse
· Agravamiento de problemas de salud crónicos
· Agravamiento de problemas de salud mental
· Mayor consumo de alcohol, tabaco u otras drogas
CADA UNO REACCIONA DE MANERA DISTINTA A LAS SITUACIONES DE ESTRÉS
La forma en que cada uno responde al brote puede depender de sus antecedentes, de los aspectos que lo diferencian de otras personas y de la comunidad en la que vive.
Las personas que pueden tener una reacción más fuerte al estrés de una crisis incluyen:
· Adultos mayores y personas con enfermedades crónicas que corren mayor riesgo de enfermarse gravemente a causa del COVID-19.
· Niños y adolescentes.
· Personas que están colaborando con la respuesta al COVID-19, como médicos, enfermeras y demás trabajadores de atención médica y personal de respuesta a emergencias.
· Personas con enfermedades mentales, incluidas las personas con trastornos por abuso de sustancias
ALGUNAS FORMAS DE LIDIAR CON EL ESTRÉS
Las medidas de autocuidado son necesarias para mantener la salud física y mental y ayudar a tener bajo control la rutina:
· Tomarse descansos dejando de mirar o escuchar las noticias. Escuchar hablar de la pandemia frecuentemente puede afectar el ánimo. Busque fuentes de información confiables.
· Limitar el tiempo frente a las pantallas. Apagar los dispositivos electrónicos por determinado tiempo todos los días, así como 30 minutos antes de dormir. Es necesario hacer un esfuerzo para pasar menos tiempo frente a la televisión, tableta, computadora o teléfono.
· Comer alimentos saludables y comidas balanceadas. Evitar comer comida basura y azúcar refinada. Limitar la cafeína, ya que puede agravar el estrés y la ansiedad.
· Hacer ejercicio regular o ejercicios de estiramiento. La actividad física regular ayuda a reducir la ansiedad y mejorar el estado de ánimo, actividades que incluyan movimiento como baile, danza o utilizando aplicaciones para realizar ejercicio pueden dar buenos resultados.
· Mantener horarios regulares es importante para la salud mental. Además de mantener una rutina regular para el momento de ir a la cama, tener horarios constantes para las comidas, baño, horarios de trabajo, de estudio, ejercicio y actividades de disfrute. Esta táctica puede hacer sentir que se tiene más control y se puede lograr un equilibrio.
· Evitar consumir alcohol, drogas o tabaco, ya que se está en un riego mayor de contraer enfermedades pulmonares. Como el COVID-19 afecta los pulmones, el riesgo aumenta aún más. Beber alcohol para hacer frente a la situación puede empeorar las cosas y reducir la capacidad de afrontamiento.
· Hacerse de un tiempo para relajarse, unos pocos minutos de tranquilidad pueden refrescar y ayudar a calmar la mente y reducir la ansiedad, prácticas como respiración profunda, tai chi, yoga, meditación, un baño de espuma, escuchar música, leer o escuchar un libro narrado, hacer lo que sea para ayudar a relajarse y practicar con regularidad hará que estas actividades se disfruten.
· Comunicarse con las personas, hablar con ellas sobre las preocupaciones y cómo se está sintiendo así como escucharlas ayuda a tener un clima de armonía en el hogar.
· Mantenerse ocupado, una distracción puede alejar el ciclo de pensamientos negativos que alimentan la ansiedad y la depresión. Disfrutar de pasatiempos que se puedan hacer en casa, juegos de mesa, un nuevo proyecto son estrategias sanas de afrontamiento.
· Concentrarse en pensamientos positivos. Elegir pensar en los aspectos positivos de la vida en lugar de pensar en los aspectos negativos. Considerar comenzar cada día haciendo una lista de agradecimientos. Mantener un sentido de esperanza, esforzándose en aceptar los cambios cuando se presentan.
· Usar los valores morales y la vida espiritual como apoyo. Si las creencias que profesa, le dan fuerza, estas pueden brindar consuelo en momentos difíciles.
· Establecer prioridades. No abrumarse creando una lista de cosas que se quieren lograr mientras se está en casa. Fijar metas razonables todos los días, tomando en cuenta que algunos días serán mejores que otros.
Si a pesar de los mejores esfuerzos usted o un ser querido se siguen sintiendo mal, con cambios de humor, problemas para concentrarse en tareas rutinarias, cambios en el apetito, dolores en el cuerpo o dificultad para dormir, o sea difícil enfrentar tareas rutinarias, cuando estos signos y síntomas duren por varios días seguidos, causando problemas en la vida diaria tanto que sea difícil llevar a cabo las responsabilidades normales, es el momento de pedir ayuda. Llamar o usar redes sociales para comunicarse con un amigo cercano o un ser querido, ponerse en contacto con un pastor, un líder espiritual u otra persona de la comunidad religiosa, comunicarse con un profesional en salud mental o llamar al 911 o a su doctor de confianza.
Las personas con problemas de salud mental preexistentes deben continuar con el tratamiento y estar atentas a la aparición de síntomas nuevos o al agravamiento de sus síntomas. Dejo los siguientes enlaces para encontrar mayor información acerca de este tema.
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