"La culpa no permite tener paz interior, solo hace que el presente tenga un sabor amargo, vivir así es muy es pesado, ya que toda la fuerza, energía y concentración se le dedica a la culpa. Si la culpa no aporta nada, entonces ¿Cómo hacer para dejar de sentirla?, aparte de estar ocupados sintiéndose culpables esto evita trabajar en una solución para eliminarla.
La culpa es una coraza que evita asumir la responsabilidad de la vida, es aprendida y autoimpuesta, muchas veces generada por el deseo de aprobación de los demás, por lo tanto, se puede trabajar en eliminarla. Vivir sin culpa requiere valor para hacerse responsable del crecimiento personal, de ser el creador de la propia vida.
La culpa surge desde la niñez y crece a lo largo de la vida, es algo así como si se llevara un juez interno que señala faltas y acusaciones cada vez que nos apartamos de un modelo, un modelo que impide aceptarnos como seres humanos, con luces y con sombras. Bastaría con convertirse en observadores de sí mismos para descubrir que este juez interno no es un buen guía y además perjudica.

Cuando se construye la idea de que está mal ser lo que se es y se pretende ser otra persona, para poder acercarse al modelo que los demás dicen que tiene que ser, esto genera culpa, no se trata de que esté mal tener ideas de lo que queremos ser o hacer, sino de qué hacemos cuando nuestra vida no coincide con esas ideas.
La situación en que nos encontremos puede gustarnos o no, pero es la realidad y solo podemos construir bases firmes a partir de ella. Lo que somos siempre es mucho más sólido que cualquier idea, por brillante que sea, de lo que deberíamos ser.
Aunque sea muy difícil liberarse de esos pensamientos adquiridos, es posible desidentificarse y observar que se trata solo de eso, de ideas y no de realidades, al hacer esto es posible que pierden su fuerza y ya no obstaculicen el crecimiento.
Cuando un problema agobie, el trabajar en ello podría suavizar el juicio que emitimos respecto a nosotros mismos. Cualquier situación en la que hayamos incurrido afectando a otro o a otros, es lo que teníamos en ese momento para responder de esa manera, llegar a este punto requiere en muchas ocasiones de apoyo espiritual o terapéutico, pero sin duda el desear llegar a un estado de paz interior será necesario trabajar en nuestros motivos y así liberar la culpa, cambiar la actitud y la conducta para ser una mejor persona para sí mismo.
Si se acepta que se es imperfecto y que ello no está ni bien ni mal, que simplemente es lo que hay, se puede empezar a construir a partir de esa aceptación. El amor y la compasión crecen y entonces el cambio se produce.
ESTRATEGIA PARA VIVIR ALEJADA DE LA CULPA
Este sencillo ejercicio es muy eficaz para reconocer los sentimientos de culpa y liberarse de ellos. En una libreta hacer tres listas en tres columnas paralelas, cada una encabezada por las palabras “Debo”, “Quiero” y “Puedo”.
DEBO
QUIERO
PUEDO
Conecta con todo lo que crees que deberías cambiar y apunta las frases con que te lo explicas a ti mismo. Esta es la columna de “lo que debe ser”, o sea, los argumentos del juez interior.
Qué te sientes impulsado a hacer y apúntalo al mismo nivel
Lo que de verdad puedes hacer y lo que haces en cada caso.
Ejemplo: “Debo comer solo comidas sanas y bien elaboradas”.
Ejemplo: “Quiero comer pastel y chocolate”.
Ejemplo: “Puedo comer pastel y chocolate una vez a la semana y de forma moderada”
OTRA ALTERNATIVA ES ESCRIBIR UNA CARTA
Una carga emocional negativa pesa mucho y ese peso son los sentimientos de culpa y los remordimientos, el primer paso para librarse de ella es aceptar y comprender las emociones, sobre todo, no reprimirlas.
Ejercicio: escribe en una carta qué es todo lo que te hace sentir culpable, con pelos y señas. Cuando la tengas hecha, habrás dado un lugar a las emociones negativas o sea fuera de tu mente y de tu cuerpo, esta carta la puedes quemar o romper y desecharla, después es importante dialogar con tu guía espiritual, sacerdote o terapeuta. Solamente con acciones positivas hacia sí mismo se puede eliminar la culpa, la vergüenza y el auto odio. A partir de aceptar las faltas, tener en cuenta que en esos momentos era lo que se tenía, lo que se podía hacer, aceptar la imperfección y trabajar en una nueva versión de sí mismo, hacer lo necesario para cambiar la palabra culpa por la responsabilidad, o sea el saber responder a las situaciones que se presentan, con este trabajo interior se podrá lograr con más facilidad la paz interior.
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