
La escultura conocida como el Discóbolo de Mirón forma parte de los grandes tesoros del arte de la Antigüedad Clásica, es atribuida al escultor Mirón de Eleuteras, es probable que el Discóbolo haya sido elaborado originalmente en bronce hacia el año 450 a.C., esa pieza original, hecha en bronce, se perdió, sin embargo el conocimiento de esta escultura llego por medio de copias romanas. La más conocida y mejor lograda de estas copias fue ejecutada en mármol y se encuentra actualmente en el Museo Nacional Romano, en Italia. Los romanos fueron grandes admiradores del arte griego, y durante su expansión, se abocaron frecuentemente a la replicación en mármol de grandes piezas maestras de la cultura helénica, gracias a lo cual hoy existen diferentes versiones.
El discóbolo es una escultura que representa a un atleta justo en el momento de preparación para el lanzamiento del disco, una de las competiciones atléticas legadas por la Antigüedad Clásica.
En la base de la escultura se puede ver un tronco de palmera, que el artista ha dejado allí para servir como soporte a la pieza.
La representación supone el instante de la máxima concentración mental y física del atleta en cuestión. El cuerpo se flexiona preparando el lanzamiento, para arrojar con toda su fuerza el disco que seguirá la línea de la pierna derecha tras el movimiento de los brazos bien balanceados y arqueados.

La inexpresividad del rostro contrasta con los detalles que el escultor realza en el cuerpo del atleta, ya que en este se puede observar la tensión muscular, las venas que sobresalen, el busto, las costillas y algunas articulaciones.
La serenidad del rostro delata las intenciones del escultor Mirón de representar no un sentimiento, sino un ideal de belleza perfecta, que se expresa en la simetría, la proporción y el equilibrio del cuerpo humano en su conjunto, tal como corresponde a los valores plásticos del período clásico griego, por lo que se deduce que el discóbolo no representaría a un atleta sino al ideal atlético. Tal era la importancia social y cultura de los juegos olímpicos y de las competiciones atléticas en general para aquella generación.
Asimismo la pieza revela el interés principal de los artistas griegos: la observación de la naturaleza por un lado, y la admiración y estudio del cuerpo humano por el otro.
Algunas copias son más conocidas que otras. La primera copia que se descubrió fue la llamada Lancelotti, hallada en Villa Palombara propiedad de la familia Massimo en 1781y es la que se encuentra en el Museo Nacional Romano de Italia. En 1790 se encontró otra copia en la Villa Adriana de Tívoli, la cual forma parte de la colección del Museo Británico. Podrás observar y conocer más de esta bella escultura en los siguientes enlaces.
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