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EL SACRIFICIO


Realizar pequeños sacrificios cuando se establecen pactos con la persona o personas  a las que amamos para poder dar estabilidad a esas relaciones, hasta cierto punto esto es   normal y saludable,  a fin de cuentas, si alguien nos importa, lo natural es que  demos garantías de que el vínculo emocional existe y se  toma en serio, sin embargo cuando se  llega a caer en la trampa de asumir que amor equivale a un infinito sacrificio hacia los demás,  ahí ya existe un problema, amar de palabra es  fácil,  lo que importa son los hechos, sin embargo no todo el mundo tiene éxito a la hora de delimitar hasta qué punto llevar esos sacrificios,  se confunde el propósito que debe tener ese pacto, y en vez de ser un medio a través del cual consolidar la relación, pasa a ser el objetivo del mismo,  es decir: se convierte en una demostración constante de sacrificios y la  disposición constante a sufrir por la persona  o personas amadas, esta tendencia a convertir el amor en sinónimo de sacrificio es totalmente tóxica, aunque  cueste verlo.

 

Comúnmente los sacrificios en el amor  ocasionan una deuda emocional: “Si yo renuncié a determinadas cosas por ti, ahora tú tienes la obligación de hacer lo mismo por mí” y esta  conducta  desgasta.  En una relación ya sea de pareja, familiar o de amistad  los sacrificios continuos no hacen el amor más grande ni más romántico, de hecho, es todo lo contrario. Las renuncias continuas desgastan y erosionan,  van alejándonos de nosotros mismos, de lo que somos en el interior, y si la otra persona no aprecia o no es consciente de ese costo emocional y personal que implica cada sacrificio, se va por mal camino. La confianza se carcome lentamente, hasta que tarde o temprano germinan los reproches.  El prescindir, el ceder, el claudicar hoy, mañana y siempre es un modo triste de aniquilar la propia autoestima, y hasta la relación con esas personas, entonces esos sacrificios en el amor, en las relaciones ¿Hasta dónde está el límite?

 

En una relación afectiva más que los sacrificios lo que importa son los compromisos. Es necesario entender  que no todo es permisible, no hay porque perder los valores propios, la identidad y el corazón de la autoestima, existen límites, que es necesario conocer, una persona no necesita que su familiar o amigo esté continuamente haciendo renuncias o cesiones a su favor, lo que importa es saber que llegado el momento, si se da algún tipo de circunstancia,  el ser querido será capaz de llevar a cabo ese sacrificio por él o ella. Saber que en los momentos más necesitados vamos a contar con ese apoyo incondicional y absoluto de la otra parte, es lo que da  verdaderamente seguridad y satisfacción en la relación con los demás. Hacer que los sacrificios pasen de ser el motor de las relaciones afectivas a una consecuencia de la adopción de compromisos razonables, esa es la tarea  para evitar  caer en la trampa de la dependencia.

 

Podremos hacer mucho por la persona amada, incluso llevar a cabo alguna que otra renuncia, sin embargo, hay barreras rojas infranqueables, como ceder ante chantajes o convertirse en algo en lo que no somos.  En el camino espiritual el encontrarse a sí mismo, conectarse con la propia esencia, la prioridad es el amor a uno mismo, ese es el límite…

 

 

En los siguientes videos podrás encontrar mayor información acerca del tema:



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