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¿ANTIACIDOS, REALMENTE UNA SOLUCIÓN?


Los  antiácidos conocidos como inhibidores de la bomba de protones (IBP) son uno de los medicamentos que está permitida su venta sin receta médica. Las encuestas indican que se abusa de estos medicamentos, en cuyo caso pueden resultar más perjudiciales que beneficiosos. Los antiácidos alteran la microbioma intestinal, lo que aumenta el riesgo de algunas infecciones intestinales, ello viene a respaldar las ya crecientes pruebas acerca de los efectos adversos de estos fármacos. Parecen algo inofensivo y son muchos los que recurren a ellos por su cuenta y de forma habitual. Pero se ha demostrado que incluso tomándolos solo una vez a la semana ya pueden ser dañinos.

 

Investigadores del Instituto Broad de la Universidad Harvard y del Instituto de Tecnología de Massachusetts, secuenciaron el ADN bacteriano de las heces de 1815 personas para describir su microbioma intestinal. Al comparar los perfiles de los sujetos que sí tomaban antiácidos  frente a los que no los tomaban, demostraron que los primeros presentaban una menor diversidad bacteriana intestinal.

 

El equipo describió que esas diferencias parecían asociarse al consumo del fármaco y que los cambios en el microbioma intestinal existían aun cuando los sujetos tomaran antiácidos  en ausencia de alguna enfermedad.

Otros investigadores analizaron el microbioma intestinal antes y después del uso de antiácidos (IBP) durante un período de cuatro a ocho semanas.

 

Encontraron que los IBP reducían la diversidad bacteriana al alterar la acidez intestinal, como consecuencia, se producía un cambio en el microambiente que favorecía el crecimiento de unas cepas microbianas frente a otras, provocando un desequilibrio  dando lugar a infecciones y al desarrollo de bacterias como Salmonella o Clostridium difficile.

 

 

En cualquier caso tomarlos demasiado tiempo u ocasionalmente  es exponerse a sufrir alteraciones en el organismo, y algunas pueden ser verdaderamente serias como las que se describen a continuación:

· DEBILITAN LOS HUESOS: Tomar antiácidos durante un tiempo prolongado aumenta el riesgo de sufrir una fractura porque debilita los huesos, dado que el calcio necesita un determinado pH en el estómago para ser absorbido.

· SE DEJA DE ASIMILAR LA VITAMINA B12: Los cambios de humor, apatía, cansancio y desgana son síntomas de un déficit de esta importante vitamina, esa carencia puede estar originada por estos medicamentos que "roban" la que vamos obteniendo de los alimentos. Si persiste esta situación se puede producir depresión o incluso daño neurológico.

· EL CORAZÓN LO RESIENTE: El uso de antiácidos incrementa entre un 16% y un 21% el riesgo de infarto. Ocurre porque el fármaco va dañando la cubierta de los vasos sanguíneos.

· DANA LOS RIÑONES: El uso prolongado de  antiácidos aumenta el riesgo de enfermedad renal crónica y de insuficiencia renal.

· EXISTE MÁS RIESGO DE DEMENCIA: Un estudio publicado en la revista médica "JAMA" asegura que las personas de más de 75 años que los toman tienen un 44% más riesgo de demencia. Su abuso afecta a unas proteínas que son las que se asocian a la aparición de alzhéimer. Según la investigación, esa relación puede darse si se toman estos fármacos habitualmente.

· EFECTO REBOTE: Aunque los antiácidos logran reducir la sensación de acidez y el reflujo gastroesofágico (cuando la comida asciende hasta la garganta) su uso debe ser muy puntual y en ningún caso en  más de 4 a 6 semanas (solo con el consejo del especialista) ya que si se excede se  corre el riesgo de sufrir un "efecto rebote", esto sucede porque al tomar un antiácido aumenta el pH y baja la cantidad de ácido en el estómago, eso provoca que los carbohidratos se digieran peor y que aumenten ciertas bacterias por esa mala absorción, por esa razón, se produce más gas, aumenta la presión del estómago y se debilita el cardias, una válvula del estómago, esto hace que el ácido entre en el esófago, lo que a su vez produce acidez y reflujo ácido.

 

En lugar de seguir con esta tendencia de tomar antiácidos para evitar las molestias, lo que conviene es acudir al médico, y juntos incluso con la ayuda de alguna prueba médica averiguar el origen de esa acidez estomacal persistente. Los problemas gástricos pueden aparecer al haber:

*Una mala alimentación (excederse con las grasas, el alcohol, las bebidas gaseosas, el picante, el vinagre...)

*Hábitos inadecuados (dormir justo después de comer

*Llevar una vida sedentaria que favorece el sobrepeso, el estrés, una enfermedad...)

*A veces el culpable es otro fármaco (ansiolíticos, antagonistas del calcio, anticolinérgicos, antiinflamatorios, estrógenos y vitamina C).

Lo importante es no automedicarse para evitar consecuencias en todo el organismo.

 

 

En los siguientes videos podrás encontrar mayor información acerca del tema:

 




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