· 

RODOLFO MORALES, EL SEÑOR DE LOS SUEÑOS


                             

Dos novias en bicicleta

 

Nacido el 8 de mayo de 1925 en Ocotlán de Morelos, Oaxaca y fallecido el 31 de enero de 2001,  es considerado uno de los más importantes del panorama plástico mexicano del siglo XX. Sus obras están consideradas dentro de la corriente del surrealismo, además del realismo Mágico, pues sus trabajos eran una clara introspección, además de que el artista plasmaba mucho de su entorno.


                                 Orquesta de las tías

 

Desde 1992 el pintor estableció la Fundación Cultural Rodolfo Morales A.C., institución dedicada al rescate del Patrimonio Arquitectónico y Cultural de los Valles Centrales de Oaxaca; la restauración de monumentos históricos; la promoción del arte popular, la música y las artes escénicas;  la preservación de las tradiciones y el apoyo a obras sociales, además de organizar, con el apoyo del Conaculta, el Festival Rodolfo Morales que reúne a las galerías de Oaxaca, al lado de otras expresiones artísticas y culturales.

 

La inclinación de Rodolfo Morales por los pinceles comenzó a una edad temprana, casi como el vínculo para reconocer las dimensiones de ese extraño mundo que lo rodeaba. Descubrió desde joven que la pintura no siempre se plasma en trazos lineales, que es a veces más bella si no es tan perfecta, sólo en esa forma muestra su humanidad, su hechizo, las manos manchadas de aquel que se atrevió a crearla.


                             Camino de la patria

 

Morales hojearía regularmente las revistas donde aparecían fotografías de algunos cuadros famosos. Era como leer un lenguaje escrito con todos los elementos existentes. Se dio cuenta de que un buen cuadro puede evocar incluso la música y las palabras.

En 1947 se enteró de que en la capital existía una Escuela Nacional de Artes y sin tener más idea que la de seguir aquel “oficio de pintor” decidió emprender el viaje. Decía no tener la más mínima idea del tejemaneje de las exposiciones ni de la obra aceptada comercialmente, lo único que deseaba, según recordaba, “era trabajar como artista”. Concluyó sus estudios de pintura en 1953 dedicó su tiempo a impartir clases de dibujo y pintura en  preparatoria. Como maestro, Morales se convirtió también en su propio alumno; presenció los diferentes estilos que las nuevas generaciones intentaban desarrollar y también se dio cuenta que es imposible “enseñar a pintar”, que los elementos didácticos más importantes en este campo son dar libertad y motivación al alumno.


Mujeres en su pueblo

 

Por más de 10 años expuso en las galerías más importantes y su obra comenzó a formar parte de las principales colecciones. Sería en 1985, un día después del temblor de septiembre, cuando empacaría maletas y regresaría a su natal Ocotlán, a su antigua casona de dos patios construida en el siglo XVIII. Poco antes de su muerte, Rodolfo Morales tenía previsto presentar una biografía titulada El señor de los sueños, además de una exposición en el Museo de Arte Moderno, que le rendiría un homenaje por sus cinco décadas de pintura.

 

“Uno no sabe cuándo se va a terminar el camino, por eso es importante llenarlo de color, de texturas, de una magia y una mitología propia, porque eso es lo único que nos llevamos, la satisfacción de haber construido un reino, un mundo propio, que a cada vistazo con la luz de la mañana o en esas noches de soledad, nos devuelva una sonrisa, porque está hecho de lo mismo que nosotros”, expresó Rodolfo Morales en unas de sus últimas entrevistas.

 


En el siguiente video podrás admirar algunas de las obras de este importante artista oaxaqueño:


Escribir comentario

Comentarios: 0