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LA NUTRICION, SINONIMO DE SALUD FISICA Y MENTAL


Generalmente una mala alimentación se asocia con una mala salud, sin embargo pocos asocian la mala nutrición con la depresión  y la inestabilidad emocional. Los expertos advierten que  el consumo excesivo de azúcar, carbohidratos y alimentos procesados provoca  trastornos psicológicos.

 

Alimentos que no nutren como hamburguesas, papas fritas, bebidas gaseosas, pasteles, alimentos azucarados y comidas rápidas son alimentos  de bajo valor nutricional, ya estos contienen  aditivos para prolongar su vida útil y para aumentar su sabor, por lo tanto, los ciclos bioquímicos hormonales de los consumidores de estos alimentos se ven afectados por la falta de vitaminas y minerales de estos alimentos poco saludables.

 

El tipo de alimentos que comemos, influye no solo de manera nutricional en nuestro cuerpo, sino también ejerce gran poder sobre la mente fortaleciéndola o debilitándola.

 

Uno de los problemas según la Organización Mundial de la Salud es que  la depresión, trastorno mental que se caracteriza por la presencia de tristeza, pérdida de interés o placer, sentimientos de culpa, falta de autoestima, trastornos del sueño o del apetito, sensación de cansancio y falta de concentración se está incrementando,   afectando a millones de personas en el mundo.  Se estima que para los siguientes años  sea la segunda causa de discapacidad, después de las enfermedades cardiovasculares.

 

La comida rápida aun cuando de ahorrar tiempo y energía se trata, es un arma de dos filos. Este tipo de alimentos están constituidos de un exceso de sodio, grasas trans y saturadas  que aumentan la producción de determinadas moléculas que desencadenan el mal funcionamiento de las neuronas llamadas citoninas que interfieren en la transmisión nerviosa y pueden reducir la producción de serotonina, responsable de la sensación de bienestar.

 

Los endulzantes artificiales,  además de intoxicarnos, provocan depresión del sistema nervioso, causando ansiedad, la causa es que el aspartame (endulzante artificial) frena la producción de serotonina y dopamina. En cuanto a los pastelillos, panes dulces o refinados son una mezcla letal, pues contienen un exceso de grasas saturadas, grasas trans, azúcares y leche, que juntos deterioran la salud y el peso a una velocidad como la de la luz. La Universidad de Navarra, después de 6 años de investigación y miles de voluntarios, determino que una alimentación rica en grasas saturadas,  torna vulnerable a la persona para padecer depresión.  De acuerdo con los estudios, los que comían comida chatarra en promedio aumentaba un 48% la probabilidad de padecerla en comparación a aquellos que comían sano. 

 

Los lácteos  altos en grasa, principalmente quesos añejos, además de ser altos en sodio son altísimos en grasas de tipo Trans.

Los estimulantes como el café, té, refrescos con cafeína, ginseng, etc. y alcohol además de causar una posible adicción, reducen la disponibilidad de vitaminas y minerales en el cuerpo alterando negativamente el estado de ánimo, consumir más de un litro de refresco al día provoca depresión y si éstas son dietéticas y de sabores las probabilidades aumentan. El alcohol, en su fase inicial brinda un efecto desinhibidor, pero lo cierto es que deprime el sistema nervioso, induce el efecto rebote y se presenta ansiedad horas después de su consumo.

 

Los Alimentos procesados como los embutidos aumentan el riesgo de desarrollar depresión, ya que contienen sustancias químicas que favorecen las enfermedades cardiovasculares e inflamación, estos alimentos pueden crear una dependencia a nivel cerebral, muy parecidas a las drogas y al tabaco, por los aditivos y saborizantes artificiales.

Por tu salud es mejor evitar este tipo de alimentación que no nutre y solo crea una mala salud física y mental.  Una buena opción que los expertos recomiendan  es la dieta mediterránea, esta  protege la salud corporal y mental.

 

En los siguientes enlaces podrás encontrar mayor información acerca del tema:

 



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